La Terapia Individual con adultos es un espacio de encuentro dirigido a construir otra manera de estar en el mundo (libre de patrones rígidos emocionales, cognitivos, conductuales y corporales), así como a reforzar los propios recursos y aumentar la autoconfianza.
La angustia surge de un conflicto no resuelto del que participan tanto elementos internos como externos, conflicto que puede no ser consciente para la persona o puede no ser consciente su resolución. 
El malestar no solo lo genera el conflicto en sí, sino los intentos de resolución fallidos que llamamos síntomas y que perpetúan el sufrimiento.
Algunos síntomas motivo de terapia individual pueden ser: ansiedad, estrés, depresión, fobias, adicciones, obsesiones, impulsividad, somatizaciones, disfunciones sexuales, dificultad para la toma de decisiones, crisis evolutivas, duelos, falta de habilidades sociales, baja autoestima, conflicto de pareja o familiar, etc.
En ocasiones, la motivación para acudir a terapia no es la aparición de síntomas o malestar, sino la necesidad de iniciar un proceso terapéutico de desarrollo personal y autoconocimiento.
En esta modalidad de intervención las sesiones tienen una duración de una hora y la frecuencia es semanal o quincenal, en función del momento del proceso y las necesidades de la persona atendida.
Depresión